Pero mucho antes, libros como "Armas prodigiosas secretas", de D. H. Haarmann o "Platillos y submarinos alemanes vigilan los mares del mundo", de O. Bergmann, hablaban ya de los "OVNIs del Tercer Reich". Luego salieron las novelas "Eine Deutsche Legende", de Hans Altmann, casi una autobiografía, pues se basa según el autor en hechos reales, "Z-PLAN", del austriaco Ralf Ettl y "Das Erbe", de Wolfgang Ziegler.
Proyecto Haunebu: Sobre la denominación "Haunebu" no hay acuerdo. Algunos afirman que se trata de la abreviatura de Hauneburg, lugar en que serían desarrollados. Este nombre sería abreviado como "Haunebu" por falta de espacio en las casillas de los formularios.
NOTA: Hauneburg era un pueblo situado en el Haunetal (el valle Haune), situado en el norte de la provincia alemana de Hessen. Como vemos, el lugar no es ficticio y probablemente fue allí donde se desarrollaron los platillos de la serie "Haunebu".
La pregunta que todos nos hacemos es: ¿por qué los OVNIs que aparecen en las fotografías y el video que filmó Adamski se parecen TANTO al modelo Haunebu II?
Proyecto Vril: El proyecto Vril estaba en manos de la sociedad Vril, el círculo de damas esotéricas. Era un diseño independiente del "Haunebu". Los desarrollos empezaron con el Vril 1 y culminaron supuestamente en el Vril 7. El primero ensayo con el Vril 7 tuvo lugar al parecer sobre el mar Báltico en invierno de 1944. Fue todo un éxito.
El "Andromeda-Gerät": "Andromeda-Gerät" o "aparato Andrómeda" era una nave nodriza. Desconocemos si llegó a construirse antes de terminar
Los Foo-fighters o Kugelblitze: Los aliados los llamaban Foo-fighters y sus creadores alemanes "Kugelblitze" ("rayos-bola") o "Feuerbälle" ("pelotas de fuego"). A partir de 1944, los pilotos aliados que sobrevolaban Alemania para bombardearla empezaron a reportar informes sobre extrañas bolas brillantes casi transparentes que se situaban junto a ellos y les acompañaban durante kilómetros.
Según estos informes, no podían derribarlas, aunque las disparasen, y toda maniobra para despistarlas era inútil. Mucho se ha especulado sobre la función de este arma antiaérea, pero al parecer interfería los sistemas eléctricos y los radares de los bombarderos aliados. En ocasiones, su presencia era tan molesta a los pilotos o les causaban tantos trastornos, que un bombardeo previsto tenía que ser suspendido y la escuadrilla de bombarderos regresaba a su base.
El 13 de Diciembre de 1944 el South Wales Argus publicaba un artículo en el que se decía: «Los alemanes han fabricado un arma secreta coincidiendo con la estación navideña. El nuevo ingenio, que al parecer es un arma defensiva aérea, se parece a las bolas de cristal que adornan los árboles navideños. Se las ha visto suspendidas en el aire por territorio alemán, a veces solas, y otras en grupo; son de color plateado y parecen transparentes». Poco después, el 2 de Enero de 1945, el Herald Tribune neoyorquino expresaba en esos términos.
El autor italiano Renato Vesco publicó en 1968 un libro, Interceptarlos sin disparar, que llegó a convertirse en un clásico, en el que plantea la hipótesis de que los OVNIs sean en realidad aeronaves secretas terrestres. Además Vesco también afronta el escabroso asunto de los foo-fighter, exponiendo algunos casos de avistamiento y desarrollando su tesis sobre las armas secretas.
Un nacionalsocialista español y los OVNIS de Hitler: "Los platillos volantes existen, claro que sí, pero no vienen de otros planetas. Los construimos nosotros. Los diseñaron nuestros ingenieros, y después los americanos y los rusos se repartieron esos planos y prototipos cuando cayó Berlín. Yo los vi durante mis servicios para el Führer...".
Quien nos hacía personalmente estas declaraciones no es un personaje cualquiera. Se trata de un anciano nacionalsocialista de 82 años llamado Ángel Alcázar de Velasco, uno de los espías del servicio secreto alemán en España durante
En algo está confundido (o pretende distraer), y es en su afirmación de que los americanos y rusos se repartieron los planos de los platillos de Hitler. Todos los autores del hitlerismo esotérico coinciden en afirmar que "nada de valor cayó en manos de los aliados".
¿Por qué Alemania, si disponía de esta tecnología, no ganó la guerra? Una pregunta que se formulará todo el mundo. Las razones que los autores del hitlerismo esotérico apuntan son varias:
1.- El desarrollo de esa tecnología llegó demasiado tarde, entre 1944 y 1945, y no se pudo llegar a emplear militarmente. Disponían de esa tecnología, pero no se llegó a tiempo a la fabricación masiva.
2.- Los OVNIs de Hitler eran más veloces que cualquier avión existente, pero esto no bastaba. Se mostraron, al menos en esa fecha, no aptos como aeronaves caza.
3.- Por alguna razón, los alemanes del Reich vieron la guerra materialmente perdida y decidieron replegarse, esperar un momento futuro en que la victoria del Reich fuese tan segura como contundente.
Si el Tercer Reich nunca fue completamente destruido y subsiste actualmente oculto, no podría hablarse en absoluto de que el Reich perdiera la guerra. El propio Hitler había declarado: "En esta guerra no habrá vencedores ni vencidos, tan sólo muertos y supervivientes". Alemania fue ocupada y lo sigue hoy, pero otra Alemania, la verdadera y legítima, existe fuera del territorio tradicionalmente alemán.
¿Qué fue de la prodigiosa tecnología hitleriana? No puede descartarse que poco antes del fin de la guerra se llegase a fabricar una limitada serie de platillos Haunebu II. Ésta posibilidad es apoyada por las numerosas fotos de OVNIs tras 1945, que tienen un asombroso parecido con el modelo Haunebu II (por ejemplo los OVNIs del contactado Adamski).
Es importante dejar en claro una pregunta fundamental: ¿Consiguieron los aliados esta prodigiosa tecnología como parte del botín de guerra? En absoluto, gracias a Dios. Sería una verdadera contradicción pensar que los alemanes fueran capaces de desarrollar semejante tecnología para luego dejarla caer en falsas manos. Los científicos alemanes responsables del desarrollo de esta tecnología y todas sus creaciones habían desaparecido a tiempo de Alemania para cuando la guerra "terminó".
Así, el terreno de la firma Arado en Brandenburgo, supuestamente empleado por
Estos señuelos eran proyectos aeronáuticos del Reich, así como científicos como Werner von Braun (gracias al cual los americanos lograrían realizar el programa Apolo y llegar a
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