Finalmente, ha llegado THOR. Y superó nuestras expectativas.
Soy un fan de los comics de Marvel y un admirador confeso de la obra de Stan Lee, pero debo reconocer que no estoy muy familiarizado con las historias de Thor. En este caso, he visto la película antes de leer los comics.
El film es una gran epopeya visual muy bien lograda con un héroe arrogante que luego tendrá que humanizarse y aceptar su destino. La elección de Kenneth Branagh como director ha sido muy acertada, teniendo en cuenta los matices shakespereanos que tiene esta propuesta.
El casting también funciona a la perfección: Chris Hemsworth ha sabido ponerse a la altura de su personaje, resultando muy creíble en la inmadurez del comienzo y en la sabiduría del final.
El resto del reparto está formado por estrellas prestigiosas como Natalie Portman (quien tiene una historia de amor muy poco desarrollada con el héroe), Stellan Skaargard (como un científico sueco, un papel hecho a su medida) y Anthony Hopkins (encargado de representar a la máxima divinidad, Odin... ¿quién podría haberlo hecho mejor que Hopkins)
Al tratarse de la primera película sobre Thor, los guionistas se encargaron de armar la historia y el origen del personaje, dejando entreabierta la posibilidad para una futura saga.
Aún no se ha anunciada la secuela de Thor, pero se ha confirmado que reaparecerá en la tan esperada y promocionada película de Los Vengadores (donde también aparecerán Spiderman, Hulk, Capitán América y IronMan).
Habrá que esperar...
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